La Esclerosis Múltiple es una enfermedad crónica del Sistema Nervioso Central que se produce cuando sistema inmune ataca a la mielina, sustancia que envuelve las fibras nerviosas o neuronas. La mielina se estropea y tiene cicatrices, conocidas como esclerosis, y es cuando da lugar a la inflamación. Los impulsos nerviosos que se mueven por las neuronas se dificultan e interrumpen de manera que perjudican al organismo.
Enfermedad de las mil caras
La esclerosis múltiple es una de las enfermedades neurológicas más comunes entre la población de 20 a 30 años y la padecen más del doble de mujeres que hombres. Entre sus síntomas está la fatiga, falta de equilibrio, dolor, alteraciones visuales y cognitivas, dificultades del habla, temblor, etc. Y puesto que los síntomas son diferentes en cada persona, se le conoce como “la enfermedad de las mil caras”. Además de variar mucho de una persona a otra, la EM no se puede pronosticar, no se contagia, ni es hereditaria, ni mortal y hasta ahora, no se conoce su causa ni su cura. En España más de 47.000 personas tienen esta enfermedad.
Diagnóstico complejo
Aunque su diagnóstico es complejo y requiere de tiempo, hay un regla que estipula que se han de cumplir dos requisitos para tenerla: por un lado que existan al menos dos áreas de pérdida de mielina, y por otro lado, que se descarten otras enfermedades con síntomas neurológicos parecidos. Ello ha permitido poder adelantar su diagnóstico, pero a pesar de estas circunstancias, puede demorarse meses porque muchas pruebas han de repetirse.
Pruebas para su diagnóstico
Hay dos pruebas que son claves para el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple, un examen físico y las pruebas diagnósticas, entre ellas, la Resonancia Magnética es la más determinante para poder encontrar lesiones o daños que no se podrían ver por otro medio. La resonancia magnética es una prueba no invasiva que ofrece imágenes exactas del cerebro y contar con esta técnica ha supuesto todo un adelanto en de esta enfermedad neurodegenerativa.
La técnica adecuada para el diagnóstico y el seguimiento
El poder de la resonancia magnética (RM) radica en su elevada sensibilidad para localizar lesiones desmielinizantes tanto a nivel cerebral como medular, así como encontrar variaciones temporales de las mismas. La resonancia magnética no emplea radiación sino magnetismo y ondas radioeléctricas. Por eso es especialmente beneficiosa para descubrir la desmielinización en el sistema nervioso central y de esta manera es el procedimiento adecuado para poder diagnosticar y realizar un seguimiento apropiado de la enfermedad.
En definitiva para realizar un diagnóstico eficaz de la esclerosis múltiple se habrá que tener en consideración los síntomas, los resultados de la Resonancia Magnética y descartar otras patologías neurodegenerativas.