La fibrosis quística pulmonar es una enfermedad hereditaria que se caracteriza por la producción de un moco espeso que se acumula en las vías respiratorias y en el páncreas. Esta situación provoca infecciones en los pulmones y problemas digestivos. En la infancia se suele diagnosticar a los dos años y cuando se diagnostica hacia los 18 años suele tener efectos más leves.
las pruebas de imagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) son una excelente manera de ver la evolución de la enfermedad y analizar los cambios cambios en los órganos que con otras pruebas pueden pasar desapercibidos.
Una prueba perfecta para la infancia
Además de localizar la zona de infección la Resonancia Magnética se emplea para dirigir el tratamiento en algunos casos 100% dirigido si se ha detectado la causa de la fibrosis. En el caso de los niños la información que aporta la Resonancia Magnética adquiere más relevancia al no exponer a los menores a la radiación de otras pruebas.
Y es que anteriormente las radiografías eran los procedimientos más utilizados para el diagnóstico de la fibrosis quística pero son técnicas más limitadas. Por lo que la Resonancia Magnética es una mejor opción debido a las imágenes de gran calidad situándose como una técnica relevante en el estudio de esta enfermedad en adultos pero sobre todo en niños.
