DWI + T2, la pareja clave en la Resonancia Magnética de Próstata

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En la Clínica Tecnológica Médica (CTM) sabemos lo que supone la precisión diagnóstica en el cuidado de la salud masculina.
Uno de los avances más relevantes en imagenología prostática es la combinación de dos secuencias fundamentales de resonancia magnética multiparamétrica (mpRM): la difusión (DWI) y la ponderación en T2. Juntas, forman un dúo que permite detectar, caracterizar y delimitar lesiones con gran exactitud.

Noviembre Azul, un mes para cuidar la salud del hombre
Noviembre es reconocido a nivel mundial como el mes de la concienciación sobre la salud del hombre y la prevención del cáncer de próstata, campaña conocida como “Noviembre Azul”.
Durante este mes, instituciones médicas y especialistas en salud masculina promueven la detección temprana y los chequeos preventivos, recordando que un diagnóstico oportuno puede salvar vidas.

En CTM nos sumamos a esta iniciativa reforzando la importancia de la resonancia magnética prostática multiparamétrica, una herramienta no invasiva y de alta precisión que contribuye significativamente a la detección precoz de lesiones relevantes.

¿Qué es la secuencia DWI?
La secuencia DWI (Diffusion Weighted Imaging) evalúa el movimiento de las moléculas de agua dentro de los tejidos. En zonas donde ese movimiento está restringido como puede ocurrir en una lesión tumoral, la imagen muestra áreas de alta señal, que alertan al especialista sobre una posible alteración celular.

En términos simples, la DWI mide la “densidad celular”, lo que la convierte en una herramienta muy sensible para identificar lesiones sospechosas, incluso cuando aún no son visibles en otras secuencias.

¿Qué aporta la secuencia T2?
La secuencia T2 ofrece una representación anatómica detallada de la glándula prostática.
Permite distinguir con claridad las diferentes zonas (periférica, central, transicional) y visualizar la forma, límites y características del tejido.

Cuando se observa una alteración en la señal del T2, especialmente combinada con una restricción en DWI, el radiólogo puede orientar con mayor certeza la clasificación PI-RADS y valorar el grado de sospecha de malignidad.

DWI + T2, una combinación que potencia el diagnóstico
La fusión de ambas secuencias permite una interpretación más completa y confiable.
Mientras el DWI señala la anomalía funcional, el T2 la sitúa anatómicamente, facilitando la localización exacta dentro de la próstata.

En la práctica clínica, esta integración se traduce en:

  • Mayor sensibilidad y especificidad en la detección de lesiones clínicamente significativas.
  • Reducción de falsos positivos, al correlacionar hallazgos morfológicos y funcionales.
  • Mejor planificación de biopsias dirigidas o procedimientos terapéuticos.
  • Comunicación más clara entre el radiólogo y el urólogo, gracias a imágenes de fusión precisas y visualmente interpretables.

Postprocesado, más que una imagen bonita
En la Clínica Tecnológica Médica CTM, aplicamos herramientas avanzadas de postprocesado que permiten fusionar la DWI con el T2 axial, generando representaciones de alta calidad.
Lejos de ser un detalle estético, este proceso es una herramienta diagnóstica de precisión, que ayuda a resaltar la zona de restricción y contrastarla con la anatomía real del paciente.

El resultado: una visualización nítida y coherente que mejora tanto el análisis radiológico como la comunicación interdisciplinaria.

Ejemplo clínico
En la imagen que se adjunta en este artículo, de un paciente con sospecha de lesión prostática, la fusión entre DWI y T2 permitió visualizar con claridad un foco bien delimitado, con restricción significativa en la difusión y alteración morfológica en T2.
Esta correlación permitió clasificar la lesión como PI-RADS 4, orientando la toma de decisión clínica de manera más precisa y segura.

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