Diagnóstico por Imagen, vital en el tratamiento del Cáncer

Una sociedad que avanza es aquella en la que la tecnología está al servicio del hombre. Y aunque la investigación y la innovación tecnológica llevan un ritmo vertiginoso muy por delante de todo aquello que los ciudadanos puedan imaginar, en la actualidad sí podemos afirmar que la medicina, la investigación y la tecnología están experimentando unos avances espectaculares que nos permiten ayudar cada vez más y mejor a las personas que padecen alguna enfermedad.

Esa innovación es aún más necesaria en la especialidad de oncología si tenemos en cuenta que la incidencia del cáncer seguirá creciendo en los próximos años hasta cifras cercanas a 230.000 nuevos casos por año. Pero, paradójicamente hay que señalar que cada año se curan más tipos de cáncer y hay más supervivientes a largo plazo (pacientes curados que no reciben tratamiento y que, al menos, ha transcurrido un periodo de cinco años desde el diagnóstico), que con toda probabilidad lleguen a ser el 5% de la población total (2,5 millones de españoles).

Por lo tanto, aunque la mortalidad por cáncer seguirá aumentando hasta llegar en 2015 a ser el 50% de las causas de muerte (en hombres) y el 30% (en mujeres), el riesgo de mortalidad por esta enfermedad disminuirá a causa de las cada vez mayores tasas de supervivencia global que se situarán en 2015 en el 60% (hombres) y el 70% (mujeres).

Equipo multidisciplinar

Ese incremento de la supervivencia al cáncer está relacionado directamente con dos factores: la detección precoz y la incorporación de tratamientos terapéuticos innovadores. Es un éxito que está acompañado de otro hecho determinante que consiste en abordar la atención oncológica como una labor multidisciplinaria en la que los especialistas en diagnóstico por imagen son miembros naturales del equipo que trata al paciente.

Desde el trabajo que abordamos en la Clínica tecnológica Médica y desde mi responsabilidad al frente de la misma, puedo afirmar que los resultados en el tratamiento del cáncer son mucho más favorables cuando existe una colaboración y una relación estrecha entre los especialistas de diagnóstico por imagen y los que desarrollan y aplican las técnicas y tratamientos específicos para cada etapa de la atención oncológica.

El diagnóstico por imagen ha adquirido un absoluto protagonismo a la hora de afrontar el cáncer. Así, el radiólogo es una figura fundamental para tratar a los pacientes ya que los estudios de imágenes determinarán las actuaciones a seguir en los distintos momentos de la enfermedad desde el diagnóstico hasta la elección del tratamiento y el desarrollo de la enfermedad.

Diagnóstico y detección precoz

El uso de imágenes en oncología es una realidad y la tecnología de vanguardia nos permite emplearlas últimas técnicas de tomografía computarizada, resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones. La tecnología seguirá avanzando y ello hará posible detectar el cáncer cada vez más precozmente.

Los estudios indican que en 2015 el diagnóstico en estadios 0 y I supondrán el 30% del total de diagnósticos y este hecho se deberá en parte a las mejoras en las nuevas técnicas de imagen, en especial las basadas en la resonancia magnética.

El valor del diagnóstico por imágenes en manifestaciones tempranas de cáncer y pequeños tumores clínicamente indetectables sitúa a la radiología en un lugar predominante en la atención oncológica. Se ha convertido en una herramienta muy útil para la detección ya que se pueden mostrar lesiones precancerosas antes de que se vuelvan malignas y causen síntomas. En este sentido, recomiendo realizar con el equipo médico y el paciente un análisis exhaustivo sobre los riesgos y beneficios antes de hacer estas pruebas de detección.

Ablación por radiofrecuencia, tratamiento radiológico del cáncer

La investigación en el ámbito de la radiología ha propiciado que su papel en el tratamiento del cáncer no se quede sólo en el diagnóstico sino que va más allá, los avances tecnológicos permiten a la radiología abordar el tratamiento de algunos tipos de cáncer. Es el caso de la ablación por radiofrecuencia, un tratamiento no quirúrgico y localizado que elimina células tumorales con la ayuda de calor sin dañar a las células sanas.

La ablación por radiofrecuencia es un tratamiento local que no perjudica al tejido sano, por lo que puede repetirse cuantas veces sea necesario para mantener una alta calidad de vida para el paciente puesto que sus resultados son buenos en el control de la proliferación de células cancerígenas. Generalmente esta técnica se emplea para tratar aquellos tumores que no se pueden extirpar de forma quirúrgica debido a su tamaño, ubicación o porque el paciente no soportaría una operación abierta.

La ablación se aplica fundamentalmente en tumores de hígado, aunque se está estudiando su uso en riñones, glándulas adrenales, pulmones y próstata. Se trata de métodos que ofrecen menos probabilidades de curar el cáncer que la cirugía, aunque aún pueden ser muy útiles para algunas personas. Por este motivo, una vez más, vuelve a ser esencial abordar cada caso de manera multidisciplinar y ver de manera personalizada qué es lo que necesita cada paciente.

El entendimiento, la comunicación y coordinación de todos los especialistas implicados en el diagnóstico y tratamiento del cáncer junto con la investigación, desarrollo, innovación y la última tecnología aplicada en imágenes hace posible que se pueda mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y en muchos casos, superar la enfermedad.

 

Posted in:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *